miércoles, 29 de diciembre de 2010

Capitulo 20



Julián es muy cariñoso con Félix:
--¡me besaste y eso beso significa algo, digo yo ¿no?
--¡¡significa que abusaste de mi...¡¡ --le recrimina.
--Eso no es cierto... me besaste tú... --Julián sonriendo sorprendido.
Félix lo bofetea y Julián sea queda de piedra.
--¡Se puede saber que te pasa?¡¡¡me besas y ahora me pegas¡¡
--¡fue un error venir¡
Julián está feliz porque siente que el chico que le gusta le corresponde.
--¡no, no... me has hecho el hombre más feliz del mundo¡
Félix se quiere ir pero Julián le agarra del brazo:
--¡tú de aquí no te vas hasta que me digas lo que sientes¡
Félix no le puede sostener la mirada ya que son demasiado cosas las que siente por él, sentimientos buenos y sentimientos malos. Llora, es un llanto sincero. Aunque Félix se quiere convencer que está llevando a cabo su venganza en realidad habla, aunque le pese, con sinceridad:
--¿de veras no ves lo que pasa?¡ Lo que pasa es que me estoy enamorando de ti y me dejé llevar pero no debí, tú eres el patrón y tú seguro que ahora esperas hacerme el amor y después me olvidarás, como soy pobre pues nunca me respectarías¡
Félix se quiere ir pero Julián no se lo permite:
--yo te he escuchado a ti ahora te toca a ti...
--no, por favor... me quiero ir a mi cuarto --le suplica.
--No me hagas esto, me prometiste una cena... No quiero nada más... Yo no necesito más de ti para saber que eres el hombre que esperaba para compañero de vida... deja que yo te enseñe a conocerme... si luego no te gusta lo que conoces pues no insisto pero dame una oportunidad...
Una parte de Félix lucha por olvidar la venganza y por dejarse llevar. Es muy dura la lucha que hay dentro de sí. Los dos se miran con mucho amor, Félix lo acaricia en la mejilla con ternura. Es una caricia que los estremece a los dos.
--no es tan fácil... no lo es...
Julián lo agarra de la mano y se le besa.
--si lo es, si los dos nos gustamos todo es fácil y hermoso.
Lloroso Félix sigue diciendo que no. Luego lo besa con un cariño que le gusta demasiado y sale corriendo. Julián va detrás de Félix.
--¡no te vayas, espera¡
A Félix no le gusta lo que está sintiendo. Su corazón le dicta que no debe vengarse de ese hombre más su razón le dice lo contrario.
--ahora no, esta noche noi¡ mañana ya lo destruiré pero esta noche no puedo¡
Félix baja unas escaleras corriendo (las habitaciones de servicio están en el sótano entrando por la cocina). No quiere que Julián lo atrape ya que siente que es capaz de hacer una locura. Como si fuera un “Ceniciento”, Félix tropieza con un escalón y pierde un zapato pero no lo recoge ya que Julián ya está casi sobre él. Félix entra en el cuarto cuando Julián lo iba a alcanzar. Pone el cerrojo. Julián golpea la puerta con desesperación.
--¡abre¡ ¡¡no seas niño¡
--¡no quiero verte¡ ¡¡vete¡
Julián le suplica.
--¡hable, no me hagas esto¡
Segismundo sale, va totalmente desnudo.
--¿¿qué es lo que ocurre?
--No, nada…
Julián se va. Segismundo mira con odio el cuarto de Félix. Julián se queda muy confundido. Se lleva las manos a la cabeza. Se acaricia los labios pensando en el beso que le dio el joven:
--No sé porque tienes miedo pero yo voy a curar tus heridas. Sé que me estás empezando a amar y no voy a parar hasta que lo reconozcas.
Es cuando el hombre se da cuenta que en las escaleras ha quedado el zapato de el joven. Sonríe con ternura. Agarra él zapato y suspira.


Óscar está muy abrazado a su esposa.
--dime que me quieres aunque sea un poquito.
Luz oye unos pasos y deja a su marido con la palabra en la boca y va hacia la puerta. Óscar se queda confundido.
--¿se puede saber que miras? Vuelve a la cama.
Ella no le hace caso. Luz con la puerta entreabierta ve a Julián .
--volvió pronto... Félix siguió mis indicaciones –piensa.
Siente celos de la mirada de enamorado de Julián .
--¡él ya cayó –dice para sí-- ahora tengo que ir con cuidado, tengo que estar atento que Félix no me vaya a traicionar y se quiera quedar con él...

Muy ansioso, Julián entra en el dormitorio de su hermano.
--¿estás dormido? --le pregunta.
Sebastián está despierto pensando en Óscar y le dice que puede pasar. Julián se tumba en la cama a su lado. Tiene el zapato en la mano. Sebastián lo mira sorprendido.
--¿y ese zapato?
Julián lo mira enamorado:
--he encontrado a mi ceniciento pero tú me tienes que ayudar que confíe en mi...
Sebastián le sonríe:
--claro que si, ya sabes que yo haría cualquier cosa para que seas feliz...
--pues levántate y ayúdame a organizar algo que pensé...
--¿ahora?
--si ahora... es que tiene que estar listo para primera hora de la mañana y es algo difícil...
Sebastián está contento por ver a su hermano tan feliz y lo sigue. Julián está muy ilusionado con la idea de hacer que Félix confíe en él. Está seguro que lo logrará con lo que se le ocurrió.





Félix está ya en el cuarto llorando pensando en Julián. Félix goza recordando el beso pero hay demasiado dolor dentro de él:
--todas los chicos somos unos tontos que creemos en las trampas de los hombres pero yo no voy a caer dos veces... ¡¡yo juré que si volvía amar ese desgraciado que me quiera volver a ver la cara me las iba a pagar y me las pagará... además me he venido a enamorar del cretino que violó a mi hermano¡¡¿cómo es posible?¿cómo le hace ese maldito para enamorar a todos con una mirada?¡¡
Félix está luchando contra sus propios sentimientos
--¡yo sé cómo es ese maldito... ya hizo demasiado daño y aunque yo quiera caer en sus brazos lo voy a destruir aunque me mate el alma... ¡¡yo le voy a dar en lo que más le duele¡
Félix cae en la cama angustiado sin dejar de pensar en el beso que la unió con el que cree el asesino de su padre. Y lo recuerda con amor y odio.

A la mañana siguiente, Félix se incorpora a su trabajo. Tiene muy mala cara y es que ha pasado toda la noche pensando en lo que le va a decir a Julián .
--tengo que odiarlo, tengo que odiarlo...
En eso que se sorprende la llegada de una carroza que se para frente a la ventana de la cocina. Baja Sebastián (vestido de escudero) y lee un pregón en el que dice que hay un príncipe que perdió su zapato y que el príncipe Julián se casará con el hombre que pueda calzarse ese zapato. Félix no da crédito a lo que ve cuando aparece Julián vestido como un príncipe de cuento. El hombre se arrodilla ante él y le dice con su zapato:
--me permite probarlo para ver si es usted el hombre que me robó el corazón...?
Aunque está deseando tirarse a sus brazos, Félix se traga su dolor y se va corriendo. Julián no esperaba esa reacción y se le borra la sonrisa del rostro. Corre tras él. Lo atrapa.
--¡déjame, no entiendes que ya está¡ --le dice Félix
--¿qué tengo que hacer para que confíes en mi? --le Julián pregunta desesperado.
--cásate conmigo –le propone Félix fríamente.
Julián no esperaba esa propuesta y se queda de piedra. Félix está seguro que no aceptará. Siente que le gustaría casarse con él de verdad pero piensa que no debe, lo ama y lo que quiere es vengarse lo antes posible para poder alejarse de él. Julián mira a Félix con desconcierto. Todo se lo esperaba menos esa propuesta. Félix lo mira con sentimientos encontrados. Por un lado lo mira con rabia:
--¡¡desgraciado... me vas a decir que sí –piensa-- seguro que me vas a querer engañar con una boda falsa para que nos acostemos... ¡¡cerdo¡¡cerdo¡¡¡pero te vas a quedar con las ganas y te voy a decir tus verdades a la cara¡
Por otro lado lo mira con amor y dice para sí:
--di que no, mi amor, di que no. Huye, huye de mi antes de que sea demasiado tarde y te tenga que destruir.
Después de unos segundos de dudas, Julián dice:
--sí, me casaré contigo.
Este sí se clava en el corazón del joven ya que es el pistoletazo de salida a su venganza. Lo mira con cierta frialdad.
--¿estás seguro de lo que quieres?



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