jueves, 23 de diciembre de 2010

CAPÍTULO 1:




José Julián Saénz de la Torre, un atractivo ejecutivo de 29 años, está hablando con un doctor que es también uno de sus mejores amigos, el doctor Benjamín de la Cuesta. A través de unos cristales, miran a un paciente, José Sebastián, el hermano menor de Julián. El joven lleva unas semanas internado en esa clínica víctima de una fuerte depresión. Vive como en mundo a parte. Julián se derrumba al ver a su hermano así. El doctor le da ánimos:
--tu hermano ahora te necesita más fuerte que nunca, no te puedes venir abajo.
Julián trata de tragarse sus lágrimas:
--¿y cómo le hago para no caer? Mi familia se está destruyendo desde que esa mujer llegó a nuestra casa, en mala hora papá se casó con ella. Lo hizo por maldad --dice con rabia-- esa mujer fue quien le dijo a mi papá que mi hermano tenía un romance con nuestro chofer. Esa mujer es responsable de que mi papá se quitara la vida. Yo estoy seguro que mi papá hubiera acabado aceptando que dos de sus hijos fueran gay pero esa mujer lo que siempre quiso era destruir a nuestra familia y vaya si lo logró. No sé conformó con decirle la verdad envenenando su alma de la peor manera posible si no que lo llevó hasta donde sabía que los encontraría haciendo el amor y por si eso no fuera poco lo tuvo que contar que yo también soy gay. Sabes que nunca lo quise decir para no lastimar a mi padre, buscaba el mejor momento pero esa arpía lo usó en nuestra contra.
Julián enmudece de la rabia y el dolor pero sigue hablando:
--si papá hubiera sabido la verdad de otra forma pero eso fue un shock para él y ella en vez de tranquilizarlo lo fue hundiendo más y más hasta que se suicidó... ¡estoy seguro que ella lo medio obligó¡
--¡calma, calma... que es una acusación muy grave¡
--¡pero aunque no tenga pruebas yo sé que es cierto... es la típica historia de la joven que enamora a un hombre mayor rico y se casa con él solo por la plata. Parece una señora pero no es más que una cualquiera¡
--Bueno ella tampoco es una niña, ya pasa de los 30 ¿no?
Julián se seca las lágrimas:
--No sé y tampoco me importa, con su pose de gran dama de la sociedad... a mi nunca me engañó... Yo estoy seguro que esa viene de la calle. Yo siempre le vi en la mirada que era mala, Sebastián tampoco nunca la quiso. Con el único de los hermanos que se llevó bien, y no sé porque, es con el loco de Rafael, no sé porque siempre él ha estado de su lado.
--Si bueno, Sebastián la odió desde el día que se anunció el compromiso y eso lo llevó a encerrarse más en sí mismo. No le perdonó a su padre que otra mujer ocupara el lugar de su madre. Él siempre fue muy depresivo y nunca superó la perdida tan inesperada de vuestra madre.
--Mi pobre hermano --dice siempre mirándolo por los cristales-- mi madre era su mejor apoyo... Ella siempre supo que era el más vulnerable y se lo dio todo pero esa maldita mujer se aprovechó de la debilidad de mi hermano para despreciarlo desde el primer día que llegó a nuestra casa. Su objetivo es acabar con todos nosotros y mira como ha acabado mi hermano. Ella quería todo nuestro dinero y lo logró.
--No te hace bien tanto rencor... tienes que ser valiente... ahora tú eres el cabeza de familia.
--¿cual familia? --pregunta lloroso.
Julián mira a su hermano y dice:
--ahora lo que más me preocupa es él. No sé qué hacer con mi hermano. No quiero que se quede aquí pero tampoco puedo dejarlo en esa casa con esa víbora pero el grueso de la fortuna de mi padre se lo quedó la Luz esa del demonio y no podemos tirar el dinero como para comprarle un departamento y más cuando yo tengo los gastos del que adquirí en Londres.
--aquí tu hermano no avanza... lo mejor para él es no sentirse solo, apartado de su familia. tu hermano necesita el cariño de los suyos, estar en su casa. Yo no recomiendo que se quede muchos días más o terminará separándose de la familia para siempre.
Julián mira con ojos llorosos a su hermano:
--¿cuál familia, Benjamín? Nadie lo va a recibir bien en esa casa y yo ya lo tengo todo listo para irme a Londres, no puedo renunciar a ese trabajo y más ahora que dependo de él para vivir. Tendré que estar un año fuera como mínimo. No me puedo hacer cargo de él.
--yo no te lo recomiendo pero se puede quedar aquí si quieres pero tu hermano necesita sentirse apoyado por si familia, si se siente abandonado será peor.
Julián mira a su hermano con culpa. Benjamín sigue hablando:
--lo que le pasa a tu hermano es que ha perdido las ganas de vivir. Él siempre te quiso mucho, yo recuerdo que eras su héroe --oír eso emociona al atormentado Julián-- seguro que le haría bien pasar más tiempo contigo y lejos de todo lo que le traiga malos recuerdos.
Julián mira a su hermano con pena.

En un pequeño pueblo del interior, el joven Félix Aravena cierra el quiosco en el que trabaja. Su amigo Mario lo va a buscar. Los dos hablan del amor.
--La amiga de mi novia quiere conocerte, le gustas mucho.
Félix lo mira con fastidia:
--Sabes que soy gay.
Mario acepta a su amigo, no le importa su condición sexual pero le gustaría que probara cosas.
--¡pero sí nunca has estado con un chico¡¿cómo sabes?
Félix mira pícaro a su amigo y dice:
--Esas cosas se notan, te he visto en bolas muchas veces.
Mario le sonríe con cariño. Félix sabe que él es hetero, a Mario no le preocupa que le guste verle desnudo porque sabe que nunca esperará de él nada que no pueda darle.
--si pero ¿a tu edad y virgen? Ya sea con un hombre y con una mujer. Tienes edad de estrenarte. Yo ya hace 4 años que lo hice por primera vez ¿y tú para cuando?
--Yo no tengo prisa --dice Félix-- yo quiero ir despacio, yo quiero hacer las cosas bien para no equivocarme.
--pero el sexo es lo mejor que hay.
--es que el sexo con amor es lo mejor. A mí me encantaría encontrar a un hombre y pasar toda la vida con él. No quiero ser como tú que cada mes te acuestas con una chica diferente. A mí me gustaría ser de un solo hombre.
Mario le pone la mano en el hombro muy fraternal. Lo trata como a un hermano.
--Ay Félix, ya verás como esas tonterías se te olvidan cuando conozcas a alguien que te guste de verdad. Ya verás que rico.
--Espero que algún día aparezca en mi vida un príncipe y ser feliz con él para siempre.
Mario se le ríe:
--Si en serio te gustan los hombres cuando alguien que te parezca muy guapo te guiñe el ojo caerás a sus pies, harás todo lo que él te pida.
--pero sí es para siempre pues no me importa.
--¿y estar solo hasta que aparezca? A mí también me encantaría encontrar a mi princesa pero mientras pues me divierto. No es bueno que el hombre esté solo.
--¿y quién ha dicho eso? Uno puede vivir sin pareja.
--porque así ha sido desde que el hombre es hombre y la mujer es mujer... La mujer es el animal más bello de la tierra... ¡si es que provoca comértelas a todas¡. Y bueno aplica eso a los hombres tú. ¿No me digas que no te gustaría enamorarte?
--me gustaría encontrar a un hombre que fuera el amor de mi vida, poder envejecer con él. No me gustaría ir de hombre en hombre.
--en el amor no hay garantías pero si no te la juegas no ganas.
--No sé, no me gustaría fracasar, siento que no lo podría soportar --Félix.
Los dos amigos siguen hablando.


*(con la colaboración de Nasser Saleh como Mohamed)

De nuevo en la capital, Luz viuda de Sáenz llega a la mansión en la que vive en su lujoso coche. El chofer le abre la puerta y ella, al pasar por su lado, lo mira con deseo y piensa:
--el nuevo chofer está como quiere, espero que no salga rarito como el anterior, con lo que me costó correrlo, solo eso me faltaba.
La mujer, que va toda de negro, hace que se marea para que el guapo chofer la agarre entre sus brazos y la acerca hasta un sofá.
--¿se encuentra mejor?¿necesita algo? --pregunta el guapo empleado con una sensual voz.
Ella finge que llora:
--es que perder al amor de tu vida es lo peor que le puede pasar a una mujer... extraño tanto a mi marido --dice la mujer abrazando al hombre con deseo.
Aunque finge tristeza palpa al hombre como quiere y lo devora con los ojos... Le mira el trasero con excitación.. Escondido tras una gran planta, Mohamed, uno de los sirvientes nuevos y más guapos de la casa, está escuchando todo:
--¡será descarada la muy zorra... no sé a quién quiere engañar... a este pobre hombre que no la conoce... todos en esta casa sabemos que no quería al señor que en paz descanse –dice para sí.
El mayordomo, (más maduro pero muy guapo) lo agarra del pelo y se lo lleva a la cocina.
--¡suéltame, salvaje¡ --Mohamed.
--¡no seas flojo chico... hace unos días que no haces nada¡
--es que no me he sentido bien, don Segismundo --dice Mohamed triste.
Segismundo lo mira desafiante:
--¡a mi no me engañas con tu carita de yo no fui. Yo sé que tú eres el amante del señorito José Rafael. ¡Este presume de ser el único hetero de sus hermanos pero es el peor de todos¡ ¡¡no me extraña que el patrón se matara¡ ¡Creía que tenía tres varones y resultó tener tres señoritas¡¡¡eso sí que es una verdadera desgracia¡
Mohamed se horroriza al oír el nombre de José Rafael. Siente asco.
--eso no es cierto¡ ¡LO que pasó es...¡-dice con angustia.
El mayordomo no le deja seguir:
—a mi tu vida no me importa. Ve a tu cuarto y tráeme la ropa que dejé sobre tu cama.
Segismundo lo va empujando para que se vaya. Después sonríe con algo de maldad. Rafael entra en ese momento pone un buen dinero en la mano del mayordomo que se lo guarda con ambición. José Rafael le da una palmada en el trasero y le dice:
-así me gusta, que te sigas portando bien, te quedarás en esta casa mientras te sigas portando así de bien, sino te pasará como al pobre de Mohamed que, aunque aún no lo sabe, hoy vive su ultimo día en esta casa, yo ya estoy deseando que llegue el nuevo empleado, en fin, esta noche te vengo a ver...
Segismundo borra la sonrisa que tenía. Le da asco que José Rafael lo toque pero disfruta con el dinero que le da y porque un nuevo empleado se va y él se queda.




Mohamed llega a su recámara, entra, se acerca a la cama, y se sorprende al ver que no hay ropa en la cama. Francisco, el mejor amigo de Rafael, que estaba escondido, se acerca a la puerta sigilosamente. La cierra. Después se lanza sobre el empleado y caen en la cama. Mohamed grita pero Francisco le desgarra la ropa y dice:
--pórtate bien que te va a gustar, putita.
--no, no me gusta... déjeme. ¡No soy gay¡ --suplica Mohamed con angustia.
-¡nadie te ha pregunta si eres gay¡ ¡a nadie le importa¡
Mohamed trata de soltarse pero el otro lo ha encanjado ya en su cuerpo:
--¡que aún me duele el culo de la cochinada que me hizo su amigo¡ --le suplica.
Francisco no lo escucha y va acariciando los genitales del chico que lucha por su honor.
--Yo solo quiero que me des lo mismo que le diste a Rafael.…. bueno, todo no porque él te estrenó pero a mi ninguna putita me dice que no... –jadea.
--no me haga daño... él me violó... usted debe saberlo –llora Mohamed.
--¿si? –jadea como una bestia mientras se desabrocha los pantalones—pues entonces no te importará que yo haga lo mismo... si a él le dejaste y no lo denunciaste pues conmigo no va a ser diferente... ¿verdad, cariño?
Mohamed le suplica pero Francisco silencia la boca del chico con su mano.

Julián llega al cementerio y deja una flor en la sepultura de sus padres. Mientras piensa en su padre cuya muerte está muy reciente, le suplica que ayude a su hermano pequeño aún adolescente.
--papá, mamá –dice lloroso—Sebastián ahora os necesita más que nunca... ayudadlo a salir adelante, abrirle camino, que pueda ser una persona feliz. Sabéis de sobra que es muy buena persona, las tendencias sexuales no tienen nada que ver en el corazón de una persona, ¿por qué no lo aceptas, papá?¿por qué te tuviste que matar?¿es que tan horrible te parece tener hijos homosexuales? A Sebastián le has destruido la vida, va a ser muy difícil que acepte tu muerte y pueda ser feliz.
Julián mira la sepultura con el rostro desencajado por el dolor.

Mohamed se queda en un rincón de la cama roto de dolor intentando tapar su desnudez. Francisco se abrocha los pantalones con cara de satisfacción. Segismundo irrumpe en ese momento con Luz y acusa a Mohamed de ser una loquita y no trabajar:
--¡lo ve¡¡ya se lo dije yo... es una putita... también es el amante del señorito José Rafael¡.
Mohamed dice que no llorando pero Luz no le deja hablar, le tira dinero a la cara y le dice con desprecio:
--¡date por despedido¡
Mohamed se levanta y le suplica llorando pero Luz lo deja en el suelo. De rodillas Mohamed suplica a Francisco que lo ayude.
--¡yo no soy gay usted lo sabe y necesito el trabajo, lo que ustedes hicieron conmigo es criminal¡
Con cinismo Francisco le dice:
--te has divertido mucho con nosotros dos y te han dado un buen dinero... no te quejarás...
Francisco se va riendo mientras se pone la camisa. Segismundo con desprecio obliga a Mohamed a recoger sus cosas. El chico llora, se siente muy humillado. No agarra el dinero, se lo queda el mayordomo.

Al rato, Francisco y Rafael chocan sus manos y se felicitan por lo bien que le ha salido su plan.
--¡ninguno se nos resiste¡ --dicen a dúo.
--y cuando más hetero dicen que son más loquitas son... más lo disfrutan –Rafael.
Los amigos se comen la boca con agresividad y acaban fornicando con violencia pero ambos lo disfrutan mucho.

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