jueves, 23 de diciembre de 2010

capitulo 2



Luz recibe con alegría, aunque esconde sus verdaderos sentimientos bajo una máscara de un falso dolor, la noticia de que el mayor de sus hijastros se va a Europa por una larga temporada:
--que vacía que se está quedando esta casa, yo que esperaba que fuéramos la familia feliz que éramos en vida de tu padre que en la gloria esté –solloza con hipocresía-- ¡ay le hecho tanto de menos¡
Julián no cree en el falso dolor de la mujer, la mira con rabia y con rencor le dice:
--¡¡conmigo te puedes ahorrar el teatro que yo no creo en tu falso dolor¡¡
Ella se hace la víctima:
--¡eres malo, eres malo como tu hermano . Se notan que son raritos y eso es lo que me mató a mi José del alma, el gran amor de mi vida¡
Roto del dolor y del coraje, Julián dice amenazante:
--¡¡no hables así ¡
Fingiéndose comprensiva ella dice:
--sí, ya sé que es muy duro tener un hermano que es un monstruo, un depravado y que haya matado a su propio padre pero hay que resignarse... qué bueno que se quede en ese lugar tan horrible, sólo así pagará el haberme robado al gran amor de mi vida¡ ¡Almenos tú siempre fuiste discreto como debe ser con esas cochinadas¡
Luz finge el llanto de su vida, Julián está furioso:
--¡tú, tú eres la única culpable de que mi papá se quitara la vida¡
--¡papá Dios te va a castigar por esa calumnia tan grande¡ --haciéndose la víctima.
Julián se aguanta las ganas de llorar:
--a mi no me engañas... ¡yo sé cómo eres...¡
--eso no es justo... yo les he querido como una madre –llora falsamente.
--¡y un cuerno¡
--¡¡no seas grosero, lo que pasa es que tú eres un ambicioso y quieres destruirme para quitarme lo que mi amado esposo me dejó, yo no tengo la culpa que él me quisiera más que a nadie, él sabía que ustedes me harían la vida imposible y por eso me lo dejó todo a mi¡¡
Julián no puede creer que una persona pueda ser tan malvada.
--esto es el colmo –dice él incrédulo.
--¡eso digo yo, esto es el colmo, después de todo lo que yo he hecho por esta familia. Yo no tengo la culpa de lo que haga el enfermo de tu hermano¡ ¡¡Ese loco depravado anormal¡ ¡ustedes dos son unos enfermos que deberían estar en la cárcel¡
Julián levanta las manos amenazante, le cuesta mucho no ahorcarla:
--¡mi hermano no está enfermo al igual que yo somos una persona normal como tú y como cualquiera¡
Luz deja su falso llanto y dice con rabia:
--¡ah no... Yo no soy ninguna inmoral como vosotros que habréis salido a vuestra madre¡
Loco de la rabia y del dolor, Julián levanta la mano y le dice:
--¡no vuelvas a hablar de mi madre, ella sí era una señora de verdad, no como tú que no eres más que una cualquiera¡
Luz lo bofetea con odio y Julián se siente que controlar mucho para no devolvérsela. Luz ya se ha quitado totalmente su máscara y deja ver al descubierto su rostro lleno de odio:
--¡¡vete de mi casa y no quiero que vuelvas o te haré sacar como un perro¡
--¡sí, me voy pero no porque tú me lo ordenas sino porque se me pega la gana y me llevo a mi hermano, Sebastián no se va a quedar en ese horrible lugar, se viene conmigo a Europa¡
--mientras no volváis –dice la mujer con desprecio.
--¡¡te recuerdo que está también es mi casa y la de mis hermanos¡
--¡Rafael es el único bueno de los hijos que tuvo Jose, él es el único que es bien recibido en esta ¡mi casa¡
--¡Aunque te llenes la boca diciendo que es tu casa, te tengo que refrescar la mente... Tú has heredado todo los bienes de mi padre pero esta casa era de mi madre y su parte es de sus hijos no tuya¡
--¡pues te la compro, no os quiero aquí¡
--¡¡pues lo siento pero tú no te vas a quedar con la casa de mi mamá¡ Sebastián y yo volveremos a esta casa cuando se nos dé la regalada gana¡
Julián se va dando un portazo. Luz con odio dice:
--¡a ver si se estrella el avión y se mueren esos dos¡
Luz sonríe con maldad:
--¡que bueno sería que esos dos inútiles se murieran, así Rafael y yo nos quedaríamos con todo y a ese imbécil de Rafael yo lo controlo como quiero¡
Luz sube a su lujosa recamara y se tumba en su cama con maldad:
--¡Mío, todo es mío¡ por fin soy una mujer rica y libre ¡libre¡ puedo divertirme con todos los hombres que se me dé la gana. Dinero y hombres guapos, la mezcla ideal. ¡esto es vida¡ Ahora ya no me tengo que esconder para acostarme con quien quiera. Es una lástima que Julián y Sebastián sean unos degenerados. Los dos están como quieren y nos lo hubiéramos pasado muy bien... ¡que morbazo hubiese sido acostarme con todos los hijos del cretino de mi marido a la vez¡¡que coraje que me tenga que quedar con las ganas¡ pero tengo que consolar sólo con Rafael, él ha alegrado mis tristes noches al lado de ese viejo, Rafael no es ningún premio de consolación, es una máquina en la cama. Bueno, comparado a su padre. Es un poco inútil pero ya le enseñaré yo.

Julián hace su maleta con ojos llorosos:
--No voy a dejar que esa mujer destruya a mi familia, se puede quedar con todo el dinero pero no con la casa de mi madre. Yo ahora me voy, es mi oportunidad de crecer en mi trabajo y además estoy seguro que Sebastián va a mejorar lejos de esta inmundicia.
Agarra una foto de sus padres y dice:
--ayudadme, papá, mamá ayudadme a componer a mi familia. No permitáis que esa mala mujer acabe con todos nosotros.
El hombre guarda la foto en la maleta y la cierra.

Francisco llega a casa de los Sáenz, Segismundo lo recibe muy coqueto. Él le toca el trasero y le dice:
--a ver cuando nos volvemos a divertir tú y yo.
--cuando usted quiera, ya sabe que yo estoy aquí para servirlo.
--y vaya sí que me sirves... --dice Francisco con cara de degenerado.
Aunque se muestra coqueto, cuando ya no está, Segismundo siente desprecio por ese hombre.


Francisco entra en el jardín. Rafael está ya desayunando. El hermano de Julián lo invita a sentarse y a auto-servirse. Los dos hablan con la boca llena.
--¿y qué ha pasado con la loquita de Mohamed? --Francisco.
--pues el muy digno mucho decir que somos lo peor, que no es gay pero tomó el dinero y se fue... ¡seguro que querrá más y volverá¡¡todas esas loquitas son iguales¡¡a nosotros ninguno se nos resiste... nos hemos beneficiado a todo chico guapo que ha entrado en la casa y bien contento que se ha quedado.
--¡tú sabes que te aprecio como a un hermano pero eso que dices no es muy correcto, no siempre han dicho que sí... Al mismo Mohamed lo tuvimos que forzar y no fue el único¡
--¡pero al final cayó como todos, se hacen los heteros decentes pero luego a la que les enseñas la verga te abren el culo y luego ay... me forzaste...¡
Los dos amigos se ríen y luego anotan en su cuaderno de machos su “triunfo” con Mohamed.
--a ver si hay suerte ya la próxima me toca a mi el primero y que sea otra virgencita... estoy seguro que ninguno de los chicos que ha estado con nosotros dos nos olvida pero debe ser padre dejar una huella más profunda siendo el primero pero todos los culitos virgenes te han tocado a ti...
--oye que así vienen enseñados y por el mejor profesor y te lo pasas mejor –dice con ironía –pero así es la suerte, será que yo me lo merezco más que tú.
Los dos se sonríen con picardía.

Félix en su lugar de trabajo. Está algo distraído.
--disculpe –dice un apuesto hombre con un periódico en una mano y el dinero en otra.
Félix levanta la cabeza y se queda cautivado por la sonrisa del hombre. Éste deja el periódico para sacarse las gafas de sol y Félix queda atrapado en la seductora mirada del hombre. El joven no puede evitar que su corazón lata más deprisa. Es un sentimiento que nunca antes había sentido. Se lo queda mirando suspirando. Él se da cuenta de la atracción que ha despertado en el joven y eso lo hace sentir bien. Le gusta sentirse deseado Le sonríe coqueto y Félix se muere por dentro de gusto. Su respiración es entrecortada. Muy seductor el cliente dice:
--¿perdone, es que no me piensa cobrar?
Félix ha sido hecho prisionero de la sonrisa del guapo hombre. Lo mira paralizado, es incapaz de decir algo. Él le agarra la mano extendiéndosela. Lo siente temblar y eso le excita. Le acaricia la palma de la mano y el joven siente escalofríos por todo el cuerpo. Luego el cliente le pone el dinero encima de la mano y le cierra el puño. El apuesto hombre está un rato con la mano de el joven entre la suya. La mirada del hombre, que aunque Félix no lo sabe se llama Asdrúbal, penetra en el cuerpo del joven y se le clava en el alma.
--bueno –dice muy sensualmente-- ya me tengo que ir, majo, nos veremos pronto...
el cliente se va y Félix se despide extasiado. Está muy emocionado, tiene ganas de saltar y gritar. No sabe lo que le ha pasado pero le encanta. Acerca a su rostro la mano que ha sido acariciada por el desconocido y se estremece sólo de pensar en lo que ha sentido. Su mano aún huele a él. Félix tiene unas enormes ganas de gritar.
--¿¡que es esto que me está pasando?¡ ¿qué?

Asdrúbal entra en su coche, se siente un adolescente y eso le gusta. Hacía tiempo que no se sentía tan deseado y eso lo hace sentir muy bien, muy joven, guapo, más hombre. Se mira al retrovisor y se habla a sí mismo reprochándose haber coqueteado con ese joven.
--¡lo tienes a tus pies, Asdrúbal... otra vez la hiciste... y es que yo no tengo la culpa de ser tan guapo y que los más jóvenes se vuelvan locos por mi¡ Si chico –se dice-- sé que la otra vez prometiste que sería la última vez, que me convertiría en un hombre nuevo por mis hijos pero es que ese niño está como quiere y era él el que me estaba sacando fiesta, me estaba desnudando con la mirada... Le tengo que hacer el favor, no le puedo dejar con las ganas. Si todos los chicos me encuentran irresistible pues no es mi culpa... Aunque esté casado no puedo renunciar a él. No, ese es un trofeo al que no puedo renunciar y lo voy a ganar... sólo será una vez... --dice sonriendo con cara de depravado.

Félix va a comer a un bar cercano. Tiene clavada en su retina, en su corazón, en su mente la mirada, la sonrisa y la seducción del hombre que acaba de conocer. No deja de suspirar,
--¿quién será él, cómo se llamará? Parecía un príncipe.
Félix no puede dejar de pensar en él en todo el día. Mario lo va a buscar al final de la jornada como cada día pero esa noche lo nota diferente.
--tu mirada tiene un brillo especial, ¡tú has conocido un hombre... ¡te has enamorado¡¡ cuenta, cuenta...
Félix escucha las palabras de su amigo emocionado pero confuso, no sabe bien lo que le ha pasado.

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