jueves, 30 de diciembre de 2010

capitulo 26












Félix huye en el coche de los novios. Conduce un chofer. Félix y Rafael están detrás. Félix mira a atrás muy triste. Rafael no deja de atormentarlo.
--hiciste lo correcto, ese hombre aunque sea mi hermano hizo demasiado daño.
--¿dónde vamos? –pregunta Félix lloroso.
Rafael cada vez está más impresionado por ese hombre y además quiere hacer mucho daño a su hermano, quitarle lo que es suyo.
--A un lugar donde nos podamos casar...
Félix no da crédito a lo que oye.
--¿te volviste loco? –pregunta mientras se traga sus lágrimas.
--No te parece la mejor venganza para esa maldito que destruyó a tu hermano...? Yo sé que a tu hermano le haría ilusión... yo lo quería tanto... Fue el amor de mi vida, sólo contigo puedo volver a amar. Hace tanto que no estoy con nadie, porque lo veo en cada persona… sólo tú me puedes ayudar a ser feliz.
Sus palabras lo vencen y dice:
--está bien, nos vamos a casar...
Rafael lo abraza fingiéndose enamorado mientras piensa:
--me va a dar un gustazo acostarme contigo y luego tirarte a la basura, quiero que Julián sepa que te tuve y te tiré.

El coche se va alejando, Óscar conduce con desesperación mientras Mario le dice.
--apúrate, tenemos que atraparlo --Mario.
--¿por qué tanta angustia?
Mario no sabe porque pero presiente que su amigo está en peligro. No dice nada solo le suplica al hombre que vaya más rápido. Óscar obedece y calla.

Sebastián parece dispuesto a matar con sus propias manos a Luz a pesar que Julián trata que la suelte pero la fuerza que ha desatado el joven es descomunal. Finalmente uno de los escoltas de la viuda le pone un revolver en la sien y amenaza con matarlo si no suelta a la patrona. Julián traga saliva ya que teme que su hermano cometa una locura. Sebastián suelta a su madrastra y Julián lo abraza.
--menos mal que no lo hiciste...
Luz se hace la víctima:
--¡¡policía... policía...¡ ¡¡que llamen a la policía... me quiso matar...¡
Sebastián está muy asustado. Se refugia en los brazos de su hermano. Julián trata de calmarlo:
--no te va a pasar nada... Nada...
Luz está feliz. Las cosas no le podían salir mejor.
--¡¡no mientas al loco de tu hermano...va a acabar en la cárcel por asesino¡
Julián acaricia a su hermano. Le asegura que nada de eso va a pasar.
--¡¡hay testigos... lo van a condenar...¡ --Luz.
Julián se muestra cariñoso con su asustado hermano y furioso con Luz:
--¡¡tú le provocaste... tú le provocaste...¡
Luz no deja de hacerse la víctima:
--¡me quiso matar... me quiso matar...¡
Julián mira con odio a Luz mientras protege con sus brazos a su hermano que tiembla como un niño asustado. Se oyen las sirenas de la policía. Luz está feliz. Al fin va a acabar con esos dos hermanos tan molestos. Julián no deja de repetirle que no va a pasar nada, que todo va a salir bien.
--confía en mi... ¿confías en mi?
Aunque Julián está asustado se muestra tranquilo porque no quiere angustiar a su hermano. Su voz relaja a Sebastián.
--solo escúchame a mi --le dice Julián dulcemente.
Así Julián logra que Sebastián se concentre en él y no escuche a Luz que no deja de atormentarlo.




Mario ve desesperado como se aleja el auto con su amigo.
--¡¡más rápido... más rápido¡
Óscar no entiende porque Mario está tan angustiado. Él tampoco lo sabe. En realidad es como si presintiera la verdad. Aprieta el acelerador. Los van alcanzando pero de repente empieza a salir humo del motor. Óscar va a parar. Mario se desespera.
--¡¡no, no pares...¡
--¡¡tenemos que parar...¡
Mario siente algo muy fuerte dentro de él. No puede permitir que su amigo se vaya con ese hombre. Está convencido que Julián no es el hombre que busca su amigo. Teme que sea con el que está y Félix no lo sepa. Por eso es tan importante atraparlo. Óscar se acaba convenciendo que el chico es un loco y va parando. Entonces Mario se lanza contra el volante para quitarle con una mano el control a Óscar.
--¡¡¿¿que haces loco?¡ ¡nos vamos a matar...¡
Mario está desesperado:
--¡¡hay que salvar a mi amigo...¡
Óscar pierde el control del auto y se estrellan contra un muro.

La policía llega a el ayuntamiento. Luz señala a Sebastián:
--¡¡llévenselo... me quiso matar...¡
Julián trata de proteger a su hermano:
--¡¡es un error...¡
Luz grita que Sebastián es un asesino. Para protegerlo Julián se enfrenta a la policía. Entonces, para satisfacción de Luz, lo derriban con sus porras. Sebastián grita mientras ve a su hermano tirado en el piso golpeado. Sebastián vive su propio infierno. Lo esposan y le leen sus derechos. Luz no puede estar más satisfecha de como salen las cosas. Julián no deja de ser golpeado y contempla impotente cómo se llevan a su hermano sin poder impedirlo. El desesperado grito de Sebastián:
--¡¡no dejes que me lleven... no dejes que me lleven...¡¡ --le parte el alma.

Ha caído la noche. Rafael ha llevado a Félix hasta un pequeño pueblo en el que como atracción turística anuncian bodas exprés a cualquier hora. El joven sigue llevando su traje de novio. Félix se siente muy triste. El dolor que ha visto en los ojos de su amado lo ha destrozado. Rafael le mira la entrepierna con cara de depravado:
--¡¡los dos hermanos --dice para sí-- salisteis igual de mariconazos... voy a disfrutar mucho cogiendo contigo también. Estos dos hermanos merecen estar en mi colección¡
Aparcan frente a la capilla de bodas exprés.
--ya hemos llegado...
Félix lo mira confundido:
--¿¿qué hacemos aquí?
Rafael le acaricia el rostro. Tiene que hacer un gran esfuerzo para mostrarse tierno y dócil cuando la fiera que hay dentro de él quiere salir.
--lo que dijimos... nos vamos a casar...
--Ahora no... estoy cansado... ha sido un viaje muy largo.
Rafael se muestra compasivo:
--te entiendo pero es que yo hago esto por el gran amor que sentía hacia tu hermano... Hasta que Julián no esté totalmente destruido no descansará en paz y yo no podré ser feliz.
Rafael va saliendo del auto. Le abre la puerta para que salga Él también. Félix está deshecho. Ha sentido el dolor de Julián desde muy adentro.
--yo creo que con lo que he hecho ya es suficiente... mejor me dejas aquì y desaparezco para siempre...
Rafael está muy excitado. Piensa que violarlo sería muy fácil pero Félix le gusta mucho. El que sea el hombre que ama su odiado hermano hace que desee que se le entregue no sólo porque él lo obligue sino porque lo quiera. No acepta la idea que Félix se vaya y no verlo más. Sabe que tiene que jugar bien sus cartas.
--¡¡Es el asesino de tu padre...¡ ¿¿¿crees que ha tenido castigo?¡
A Félix se le hiela la sangre al pensar que Julián haya podido matar a su padre:
--Eso no le consta a nadie...
--¿y lo que le hizo a mi amado Andrés?
A Félix le hacen sentir culpable las lágrimas de Rafael. No se dan cuenta que son falsas. Le hace sentir remordimientos creer que sea el hermano del hombre que destruyó a su hermano el más interesado en vengarse.
--eso sin contar a todas los muchachos que violó y contagió de esa maldita enfermedad... ¿¿te parece que es suficiente castigo?
Félix tiene muy claro que no puede amar a Julián. Sabe que él lo ama y que lo ha destruido. La decisión de alejarse de él le parece la más prudente.



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