viernes, 24 de diciembre de 2010

CAPITULO 5:


Félix mira a Asdrúbal emocionado y con las mejillas sonrojadas. Asdrúbal le acaricia el rostro feliz por haber saboreado los labios del joven. Lo quiere volver a besar pero Félix agacha la cabeza con pena. Asdrúbal le acaricia los labios con deseo, luego le levanta la cabeza con suavidad para verle a los ojos. Félix lo mira lloroso, Asdrúbal habla sin dejar de acariciarlo:
--eres tan lindo, todo un muñecote ¿qué pasó?¿es que no te gustó mi beso?
Félix no se atreve a sostenerle la mirada.
--Vaya, no creí que mis besos no te gustaran. ¿no quieres que te bese? --dice Asdrúbal ya que Félix no le contesta.
Asdrúbal lo mira con ternura:
--¿no me digas que nunca te habían besado? ¿soy el primer hombre en tu vida? --le pregunta.
Él dice que sí con timidez y agachando la cabeza dice en un susurro:
--nunca me habían dado un beso, nunca había tenido novio.
Las palabras del joven aumentan el deseo del hombre hacia Félix:
--para mi ha sido un honor ser el primer hombre en saborear tus labios pero ¿qué te pasa, mi muñequito, es que no te ha gustado que yo haya sido el primero en besarte, no soy lo que esperabas para tu primer beso? --dice fingiéndose triste.
Félix lo mira y suspira. Adrúbal sabe que ya lo ha conquistado y eso lo llena de orgullo.
--dime ¿no te gusta estar conmigo? --pregunta Asdrúbal como si no conociera la respuesta y sin dejar de acariciarlo.
Temblando de deseo Félix dice:
--pero es que no está bien, tú y yo nos acabamos de conocer, no sé qué vas a pensar de mi.
Con la mirada más seductora de la que es capaz, Asdrúbal le dice:
--pues pienso que eres el joven más dulce del mundo y que me debes querer mucho para permitir que te haya besado cuando otro no lo había hecho ¿o me equivoco?
--Asdrúbal –susurra Félix con la voz entrecortada.
Asdrúbal le pone las dos manos en la mejilla y dice:
--dime que no quieres, que no me quieres tanto como yo a ti, dime que no te enamoraste de mi como yo me me enamoré de ti... --sonríe seductor y Félix se muere emoción-- mejor no me lo digas porque me vas a partir el corazón. Yo sé que tal vez no me creas pero yo siento que ya no podría vivir sin ti.
Félix lo mira emocionado:
--¿de verás me quieres?
Asdrúbal le besa las manos y dice:
--No sólo te quiero, te amo ¿es que tú no sientes lo mismo que yo?
Los ojos del joven dicen lo que Félix no se atreve a decir con palabras. Asdrúbal lo besa y Félix responde. El atractivo hombre lo abraza con pasión y Félix tiembla en sus brazos.
--no me hagas daño –suplica Félix con miedo-- te amo, sí te amo. Nunca había amado y tengo miedo a que me hagas daño.
Asdrúbal lo va acariciando mientras le endulza los oídos con palabras de miel.
--yo también tengo miedo, nunca me había enamorado y tengo miedo que te burles de mi.
Félix lo abraza confiado y Asdrúbal aprovecha que Félix no lo ve para sonreír con cara de degenerado. Mientras le dice:
--antes de hacerte daño a ti me quitaría la vida porque hacerte daño a ti sería mi muerte. Ya verás los momentos tan dulces que te voy a hacer pasar.
Félix lo mira en un mar de lágrimas y se vuelven a besar.
Finalizada su jornada, Andrés se dispone a volver a su casa. Rafael está sentado sobre el viejo coche de Andrés. El joven lo mira con rabia. Rafael sonríe lo más seductor que puede, Andrés lo mira con mala cara.
--¡quítate de mi camino¡ --Andrés.
Rafael salta y se pega a Andrés:
--perdona pero sí que eres grosero. Sé que eres virgen porque no tienes pinta de hetero. Más gay no se puede ser.
--¡tengo novia¡¡y soy muy feliz con ella¡ ¡¡no soy virgen¡
Rafael se acerca para abrazarlo:
--si me pruebas no me podrás dejar.
Andrés lo mira con desprecio y le da un empujón para apartarlo de Él.
--pues perdona que te desprecie –dice Andrés con ironía-- ¡No sé que encontrarán las chicos en un cerdo como usted¡
--¡yo te voy a enseñar lo que es un hombre¡ --dice Rafael agarrándolo a la fuerza y estrechándolo contra su pecho¡
Andrés le escupe en la cara y Rafael lo suelta con mirada asesina.
--¡estás loco¡ --dice Rafael mientras se limpia.
--¡le juro que si me vuelve a tocar se va acordar de mi toda su vida¡
--¡cuando te haga el amor tú tampoco me olvidarás¡ --dice Rafael con agresividad y mirándolo lascivamente.
Andrés mueve su rodilla señalando las partes blandas del hombre que él protege con habilidad. Sonríe con cinismo.
--¡es usted un asqueroso y un cerdo repugnante¡ ¿¡y así se supone que enamora a las chicos?
Rafael se le ríe en la cara y dice;
--¿enamorar yo a una locaza como tú? ¡¡por favor, no me hagas reír. Los chicos de tu clase sólo servís para que hombres como yo pasemos el rato¡
Andrés lo quiere bofetear pero Rafael le agarra el brazo y lo besa a la fuerza. Andrés le muerde el labio y lo bofetea. Se miran con rabia.
--¡si me vuelve a tocar lo mato¡¡
--¡pues si tú no eres mío esta misma noche ni te molestes en volver a mi casa porque en este mismo momento te corro¡
--¡usted no puede hacer eso¡
--¡claro que puedo¡¡contigo no tenemos un contracto así que ni te tenemos que pagar¡¡ Así que ya lo sabes, si quieres trabajar en esta casa tendrás que ser mi amante siempre que yo lo deseé, te meterás en mi cama siempre que a mi se me pegue la gana te guste o no¡
--¡ni muerto, nunca seré suyo¡ ¡Nunca he tenido nada con un hombre y no pienso hacerlo --con desprecio.
--¡a mi nunca un hombre me ha dicho que no, ¿¡entiendes, miserable muerto de hambre?¡
Andrés se mete en el auto muy alterado y hasta amenaza con atropellarlo. Rafael entra en la casa furioso.
--¡¡vas a ser mío, a como dé lugar vas a ser mío¡¡vaya si te voy a tener¡¡yo ese postre no me lo pierdo, te voy a saborear y te voy a tirar como a la basura que eres¡ --se dice.

Encolerizado, Rafael irrumpe en la recámara de Luz que miraba sus vestidos nuevos.
--¿¡se puede saber qué manera es esta de entrar en la recámara de una dama?¡ ¡y si llego a estar desnuda?¡
--¡¡tu cuerpo no es un secreto ni para mi ni para nadie¡
--¡eres un patán¡ --dice aunque en el fondo le gusta la forma de ser de su hijastro.
--¡me tienes que ayudar, la hija de la planchadora se ha burlado de mi y quiero que se arrepienta¡
--¿hija?¿qué hija? Que yo sepa sólo tiene un hijo.
Rafael es muy despreciativo:
--¡La tal Andrés esa, se pensó que yo era como Sebastián y se propasó conmigo¡
--Pues vamos a correrlo.
--¡No, tiene que ser algo de lo que se arrepienta¡ ¡que aprenda que no se juega conmigo¡ --dice él con rabia.
Rafael sabe que a Luz le gusta tenerlo de su lado y en especial en su cama y hará todo lo que Él diga. Se sonríen con complicidad.

Félix sale feliz del restaurante de la mano de Asdrúbal. Félix está emocionado pero siente miedo. Asdrúbal se muestra el más cariñoso de los hombres.
--¿Y porque tan nervioso, muñequito, no crees en mi amor?¿es que no crees en el amor a primera vista?
Asdrúbal pone la mano en el pecho de Félix y dice con voz de enamorado:
--escucha mi corazón ¿el tuyo no te grita que me ames sin barreras?
--si pero...
--No hay peros que valga para el amor...
Asdrúbal lo besa y lo acaricia con dulzura mientras dice:
--¿me dejarás que te vuelva a ver?
--sí.
Asdrúbal sonríe satisfecho y Félix, enamorado, confía plenamente en él.

Al otro lado del océano, Julián entra en la habitación que comparte con su hermano. Sebastián está tumbado en su cama. No ha mejorado desde que saliera del sanatorio. Julián se hunde cada vez que lo ve así pero se traga su dolor y trata de ser fuerte. El hombre se arrodilla ante su hermano y le habla desde el corazón:
--esto no puede seguir así, me han dicho que hoy no has querido comer ¿si te lo doy yo vas a cenar?
Sebastián no contesta y Julián dice:
--se me parte el alma viéndote así, ya sé que es muy duro todo lo que ha pasado pero yo no tengo la culpa y tú tampoco. Yo daría mi vida por verte feliz pero ya no sé qué hacer para que estés bien. El doctor dijo que el cariño de la familia te ayudaría a mejorar pero ya veo que soy un desastre como hermano, que no te sé cuidar. Ya sé que pasas mucho tiempo solo pero es que yo tengo que trabajar.
Sebastián lo ignora, Julián se desespera. Se va del cuarto para que su hermano no lo vea llorar. A pesar que se muestra totalmente indiferente, ahora que su hermano no lo ve, sus ojos se llenan de lágrimas.

Al día siguiente, Andrés, muy nervioso, va a casa de los Saénz. Segismundo, muy altanero, no lo deja pasar.
--¡quédate aquí, la señora quiere hablar contigo¡
Luz aparece al rato y los dos se queda solos frente a frente. Con dureza, la señora de la casa dice:
--¡mi hijastro me dijo que usted lo trató mal y eso sí que no se lo consiento¡
--pero es ... --intenta justificarse.
--¡no me interrumpas, no seas confianzudo... Estás despedido, por mi ya no volverías a pisar esta casa pero mi hijastro es tan bueno que te quiere dar una segunda oportunidad.... espera aquí que ahora él viene, espero que te le disculpes y te des cuenta que no estás tratando con gente como tú que eres subgente, de que te entiendas con mi hijastro depende que sigas en esta casa¡
Luz lo trata con aires de grandeza, Andrés está desesperado.

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