PARA UN TRIO

PARA UN TRIO

viernes, 31 de diciembre de 2010

Capitulo 42 (y ultimo)






En la puerta de el ayuntamiento, la tensión se puede cortar con un cuchillo. Nadie se atreve a decir nada. Luz sigue amenazando a Sebastián con matarlo, éste la provoca para que le dispare y Julián con miedo le pide a su hermano que se calme.
--¡si no me matas tú yo voy a acabar contigo¡ --Sebastián.
--¡¡claro que te voy a matar, le voy a hacer un favor a la humanidad¡¡ --Luz.
Óscar trata de proteger a los dos hermanos:
--¡¡lo que has hecho no tiene nombre...¡ ¡Tú sabías que Rafael era culpable, que fue él quien se burló del hermano de Félix y tú engañaste a Félix para que creyera que era Julián¡
Óscar la mira con desprecio:
--¡estás acabada, acabarás en la cárcel por tus crímenes¡ --Óscar.
--¿qué es todo esto? –pregunta Julián con horror.
Luz va a puntundo a todos con un arma mientras dice:
--¡eres un imbécil, sólo Rafael no es tan mediocre... y el estúpido ese del que te enamoraste es más estúpido que tú... Te ama –dice burlona—pero yo lo pude engañar, yo le hice creer que tú eras el hombre al que vino a buscar, el que abusó de a su hermano... y me creyó...
Luz ríe como una loca. Sebastián trata de consolar a su hermano. Es lo confirmación del porque el extraño comportamiento de su amado. Empieza a reaccionar y siente mucho bronca.
--¡estás acabada Luz¡ --Óscar.
Luz no deja de apuntarlos a todos.
--¡claro que no... nadie se va a quedar con lo que es mío... antes los mato a todos¡
Julián se lanza sobre Luz y logra sacarle el arma.
--¡te voy a matar, te voy a matar¡ --Julián.
Luz se ríe:
--¡así moriré feliz ya que tú te pudrirás en una cárcel¡
Óscar le pide que tire el arma. Sebastián también:
--¡no arruines tu vida por culpa de esta puta¡ --Sebastián.
Lloroso Julián dice:
--¡esta mujer arruinó mi felicidad. Ella envenenó el alma del hombre que amo ¿ te das cuenta?¡¡
Sebastián con desesperación:
--¡pero aún puedes ser feliz con Félix¡
Luz se ríe.
--¡los dos son un par de imbéciles... el rarito, el atormentado de Sebastián dando consejos a su hermano al que han dejado plantado dos veces en el altar¡
--¡calla, todo es culpa tuya¡ --Julián.
Luz mira a Sebastián y le dice riendo:
--¡nunca serás feliz porque tu padre se mató por tu culpa... Yo le dije lo que hacías y también le dije que lo hacías porque ofrecías dinero... yo envenené el alma de tu padre de la misma manera que lo hice con Félix pero con tu padre me salió muy bien y el asqueroso se mató y yo me quedé con todo...¡
Ver el dolor de su hermano hace que Julián reaccione. Mira a la mujer con desprecio. No merece la pena ir a la cárcel por ella. Deja el arma en el piso para que sea la policía quien se ocupe de ella. Se dispone a abrazar a Sebastián que está llorando pero Sebastián es más rápido que todos. Se lanza hacia el arma y ante el horror de Óscar y Julián dispara a Luz:
--¡ésta por mi padre¡
y otra vez:
--¡y ésta por mi¡
Luz cae muerta a los pies de los hermanos, de su esposo. Sebastián tira el arma. Se ha hecho justicia. Julián abraza a su hermano horrorizado y triste por el destino que le espera. El lugar cada vez se va llenando de más policías. Se llevan a Sebastián como si fuera un criminal. Julián llora:
--¡¡ino se lo pueden llevar...¡ ¡¡él no es un criminal...¡¡
Se llevan a un asustado Sebastián. Óscar trata de animarlo:
--¡¡no te vamos a dejar... Te vamos a ayudar¡
Sebastián mira a su hermano con lágrimas en los ojos. Mario en su silla de ruedas y Mohamed no saben qué hacer. A Mario le preocupa Félix. Julián está abrumado. Le suplica a Óscar que se ocupe de buscar a Félix porque él tiene que ir con su hermano.

Rafael está dispuesto a matar a Félix pese a que la policía lo ha rodeado. Siente un mareo y desvanece. Félix sale corriendo, la policía se ocupa de Rafael.




Días después...
Julián está visitando a su hermano en la clínica, atendido por el doctor Cuesta.
--todo va a salir bien... No irás a la cárcel...
--¡no, no quiero ir a un manicomio, no estoy loco...¡¡esa mujer nos arruinó la vida a los dos¡
Julián acaricia a su hermano y dice:
--debiste dejar que yo la matará...
--Tú tienes toda una vida por delante... puedes ser feliz con Félix...
--Yo no podré ser feliz contigo encerrado... Además, Félix me odia. No quiere verme. –muy triste.
--eso no es cierto, estoy seguro que te ama, todo fue un engaño de Luz... habla con él.
--no, no puedo. Félix se ha encerrado en un cuarto que rentó y no quiere abrirme.
Con serenidad, Sebastián mira a su hermano y le dice:
--busca a Félix, sino mi sacrificio será en vano.
--saldrás de aquí... Óscar ha puesto todo el dinero en tu defensa.
Sebastián suspira pensando en Óscar.
--esta mañana estuvo a verme, el pobre se siente culpable, como si él tuviera la culpa de lo que pasó. Que no deje la casa, que trabaje en el vivero.
--claro que sí. Luz era la dueña de todo y ahora todo es de su marido, Óscar nos lo quería devolver todo pero no, todo es suyo. Todo será como debe ser. Todos viviremos en la casa como una familia.
--me alegro por él. Espero que pueda ser feliz.
--¿y tú? Josua llamó. Se siente fatal por haberte dejado en la boda, siente culpa el pobre. Te quiere ver.
--mejor que no, no tiene caso. Yo desde aquí no puedo luchar por mi felicidad pero tú si, no la dejes escapar. No. Busca a Félix y sé feliz. Sé feliz...
Los dos hermanos se despiden con cariño. El doctor Cuesta se acerca a Julián. Rafael también está ingresado en esa misma clínica.
--¡No quiero verlo¡
--Está agonizando.
El Sida, esa enfermedad que Rafael siempre quiso negar finalmente lo ha dominado, está acabando con él. Pese a todo, Julián siente compasión de su hermano.


Óscar está en la mansión de los Saenz con María. Ya se ha retirado todo lo que recuerda a Luz. Julio es un chofer tranquilo. Su esposa trabaja como empleada y sus hijos andan libremente por la casa.
--No me gusta esta casa pero Julián quiere que la familia viva aquí y si tú estás conmigo... No me importa...
María está feliz estar con Óscar que ha sido su apoyo en los últimos días.
--¿cómo le va a Mario?
--ya casi recuperado del todo. Aunque triste, no quiere verme. Me ha dejado y yo me cansé de irle detrás.
Él la mira con intensidad y ella suspira.
---No me agradece que lo haya apoyado, no soporta que el dinero de esta familia lo haya salvado pero yo sí te lo agradezco. Yo no sé cómo pagarte todo lo que has hecho por nosotros...
Los dos se miran con deseo, con ganas de besarse. Él sonríe y dice:
--te podrías casar conmigo...
--¿cómo?
Él la mira muy seductor:
--que te amo, que quiero que seas mi esposa.
Ella lo mira sorprendida:
--apenas me conoces. Eres un hombre muy rico y yo estoy saliendo de una relación difícil.
Óscar la mira entusiasmado:
--Yo te amo y sé que con mi amor olvidarás todo tu pasado y que me amarás como yo te amo a ti.
María lo acaricia con dulzura y dice:
--eres el mejor regalo que la vida me podía haber dado... Estar contigo ha sido lo único bueno que me ha pasado en los últimos meses.
--¿y eso quiere decir qué…? –pregunta con dulzura.
--que te amo, nada me gustaría más que casarme contigo.
Los dos se sonríen entusiasmados y se besan apasionadamente.

Julián se impresiona al ver a su hermano muriendo. Pese a todo el mal que ha hecho, Julián está a su lado. Le agarra la mano.
--Arrepiéntete de todo lo que has hecho.
Rafael suelta la mano de su hermano pese a que apenas le quedan fuerzas. Lo mira con desprecio.
--¡te odio, maldito¡ ¡¡maldito seas¡ ¡pero estoy feliz porque nunca vas a ser feliz¡ ¡¡Félix también tiene sida¡ ¡¡no podrás ser feliz con él¡
Rafael muere lleno de odio y maldad, Julián le cierra los ojos a su hermano.
--Descansa en paz, hermano. Descansa en paz.


Rafael es incinerado esa misma tarde. Julián lleva sus cenizas al cementerio, las esparce entre las plantas. Félix no sabe que Rafael ha muerto. Llora ante la tumba de su padre y de su hermano. Julián lo ve. Queda impresionado por su dolor. Le duele mucho que sufra. Se va acercando sigilosamente para no molestarlo. Félix le habla a la sepultura.
--¡me vengué del hombre equivocado, destruí su vida y la mía¡¡¡mientras yo aquí me vengaba del hombre del que me enamoré, Mario era violado por el desgraciado que destruyó vuestra vida¡
Félix se siente un monstruo:
--¡¡Ese hombre que abusó de mi hermano y de mi mejor amigo¡
No soporta la idea de haberse acostado con él. Llora pensando en Julián.
-- No puedo más, me voy, me voy con ustedes. Me voy feliz con el recuerdo, con el recuerdo del único hombre que me ha amado y aunque yo lo estropeé todo pues será un recuerdo bonito porque lo amé...
Félix saca un bote de somníferos de su bolsillo. Lo abre, ha decidido tener el mismo final de su hermano. Es demasiada la culpa que tiene y no puede con ella.
Félix no se ha dado cuenta que Julián está detrás y lo estaba escuchado con los ojos llorosos.
--de veras me amas...? –Julián
Félix esconde el bote, se derrumba. Los dos lloran.
--perdóname, perdóname... –Félix
Los dos se estremecen al estar tan cerca el uno del otro pero ninguno de los dos habla de sus sentimientos aunque los dos lo desean. Félix se arrodilla ante él:
--perdón, mi vida no vale nada. No tengo perdón pero te pido perdón por todo el daño que te hice.
Los dos lloran emocionados. Julián hace que se levante.
--es que no puedes perdonarme?
Con la voz rota Julián dice:
--lo único que no te podría perdonar es que te rindieras...
Julián palpa los bolsillos de Félix y saca el bote de pastillas. Félix no sabía Julián se había dado cuenta que se iba a tomar unos somníferos para acabar con todo
--¡¡no me hagas esto.¡ ¡¡no me dejes¡ ¡y menos así¡¡me matarías¡
--Tu hermano me debe haber contagiado el sida… ¡A Mario también¡ ¡¡no puedo vivir con eso¡
Julián le agarra de las manos:
--¡Si no niegas tu enfermedad hoy en día el sida es como tener otra enfermedad crónica, sólo tendrás que tomar muchas pastillas pero yo estoy a tu lado… estaré a tu lado¡
--¡pero viviremos siempre con el miedo de que se rompa el condón y yo pueda contagiarte¡
Julián llora, se aferra desesperadamente a Félix:
--¡no te quiero perder, que puedas tener sida para mi no es un impedimento¡ ¡¡sé usar condón, no se tiene porque romper y aunque así fuera no soportaría vivir sin tu amor.
--podrás perdonar que me acostara con tu hermano?--con amargura.
--fue mi culpa, fue mi culpa. Mi hermano está muerto… murió está mañana.
Félix siente que al fin se ha liberado, que su hermano y su padre están vengados sin que él tuviera que hacer nada.
--fui un imbécil ¿¿cómo no me di cuenta de tu amor?
--¡yo me debí dar cuenta de lo que estaba pasando¡ --Julián.
Los dos pasan un buen rato echándose las culpas mutuamente, aferrados a sus manos y con ojos llorosos.


Sebastián está internado en una clínica. Benjamín lo lleva a una habitación porque tiene una visita. Le han dicho que es su hermano pero se encuentra a Josua junto a una cama.
--¿qué es esto?
--una visita conyugal. Es tu derecho –dice Josua seductor –ventajas de tener un amigo doctor.
Sebastián quiere irse pero Josua le agarra del brazo.
--Te amo. Podemos hablar o amarnos como antes…
Sebastián trata de resistirse pero lo ama demasiado. Acaban besándose y caen desnudos en la cama. Hacen el amor como nunca, Sebastián vibra, llora. Hacía tanto que no estaba con un hombre...
No tienen mucho tiempo, se levantan totalmente desnudos. Se miran a los ojos.
--júrame que no vas a dejar que te metan en la cárcel.
--No quiero que me declaren loco.
--hazlo por mi.
Josua desnudo en cuerpo y alma, demostrándole amor.
--está bien.
Se agarran de las manos. Unen sus frentes. Saben que podrán contar siempre el uno con el otro.

Julián y Félix están frente a la cama, en el cuarto que ha rentado el segundo. Se miran con amor. Juntos, el uno frente al otro. Sus manos unidas.
--¿estás seguro? –le dice Félix.
Julián hace que sí con la cabeza. Se miran, hay mucho amor entre los dos. Ya no hay rencor, sólo felicidad. Se centran el uno en el otro. Se desnudan, se acarician, se besan. Se tratan con mucho cariño. Julián no pierde la sonrisa. Agarra el preservativo y se cubre. La fusión entre Julián y Félix es perfecta porque se aman y el dolor, el rencor ha quedado atrás.

6 meses después… Mario y Félix tienen anticuerpos del Sida. Ambos están en tratamiento, saben que van a estar bien. Asisten a reuniones con otros enfermos. A Félix le causa especial emoción conocer a la novia de su hermano Andrés, Rosa. La joven se dedica a ayudar a chicos que tienen sida, que lo han pasado mal. Ya que no pudo ayudar a Andrés ahora llena su vida ayudando a los demás y se ha propuesto ayudar a Mario y a Félix. Mario y esta chica se miran de una manera especial. Mario mirando a los ojos de la chica se olvida de este infierno. La joven siente algo especial por Mario que pasó por el mismo infierno de su novio. Se miran y se sonríen dispuestos a curar sus heridas juntos. Félix los deja solos. Al fin Mario está sonriendo de nuevo. Eso hace que Félix pueda olvidar sus remordimientos, dejar se sentirse culpable de la desgracia de su amigo.
--¡Félix¡
Julián lo han ido a buscar. Lo llama con una sonrisa. El uno corre a los brazos del otro. Se abrazan y se besan apasionadamente.
--¡¡te amo...¡
--te amo...
El pasar de los días va curado las heridas y al fin son dos personas que pueden amarse libremente. Se miran como adolescentes descubriendo el amor. No dejan de acariciarse. No pueden creer que al fin nada los separe.
--sólo hay algo que me falta para ser plenamente feliz contigo --Julián.
--el que?
--cásate conmigo.





Mario sonríe gracias al interés que demuestra en él la ex novia de Andrés, Rosa. Mario siente que después de haber sido violado por un hombre ninguna mujer se podrá interesar en él pero Rosa le demuestra deseo y eso le gusta. Mario está un poco deprimido porqué no podrá dejar embarazada a una mujer sin riesgo a contagiarla. A Rosa le gusta mucho el chico. No va a permitir que se hunda. La mejor manera que encuentra de que vuelva a vivir es llevárselo a la cama. Así le hace sentir hombre, vivo, que el pasado quedó atrás. Mario renace entre esas sábanas.

La boda de Félix y Julián se celebra en las semanas siguientes. Es una boda sencilla y en la intimidad, sin testigos conocidos pero llena de amor en la que tanto Félix como Julián se entregan el uno al otro. Salen los dos abrazados, con una sonrisa de felicidad. Están entusiasmados.

Dos años después…
En la mansión de los Sáenz de la Torre... Dos pequeños gemelitos (los hijos de Oscar y María) juegan en el jardín con una niña de raza china (la hija que han adoptado Mario y Rosa)
Bajan por las escaleras Sebastián y Josua. Tomados de la mano. Se miran con mucho cariño. Sebastián es una persona feliz. Josua está a su lado viviendo un hermoso amor. Félix está en la terraza del dormitorio que comparte con Julián. Va en bóxers. Mira el lugar. Mira la familia que tiene. Se siente feliz. A Félix no le gustaba vivir en esa casa pero sabe que es importante para Julián y estando con él el lugar no importa. Julián sale de la ducha, se acerca a la terraza totalmente desnudo. Abraza a Félix por la espalda, ambos se estremecen de felicidad. Félix gira su rostro para besar a su amado. Es un beso lleno de amor, lleno de felicidad, esperanza, ilusión y la seguridad que pasaran juntos el resto de sus vidas amándose más día a día si eso es posible. Es un sueño cumplido, el de estar juntos para siempre.

Fin.

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